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lunes, 7 de diciembre de 2009

Historias y bienvenidas

Juancho Martínez el popular Tranqui, Tranqui


La foto aparecida en el periódico camisa 12, la foto data de 1.962


Pedro Ignacio Amarilla con la camiseta del 2 de Mayo




¡Cosas veredes Sancho! Decía el inefable Miguel de Cervantes en su Obra Don Quijote, para dejar entrever que uno nunca debe dejar de sorprenderse. La noticia y la foto que me enviaron me causaron esa misma sensación. Mi querido, admirado y respetado amigo Pedro Ignacio Amarilla había sido que también trilló los senderos del fútbol y, nada más y nada menos que, en el 2 de Mayo de Pedro Juan Caballero. Una estrella más en la dilatada y brillante carrera de mi querido Lito.

Las fotos hablan por sí sola, así que les dejo que comenten.

Otra cosa que también quiero resaltar aquí es que Juancho Martínez, hijo de uno de los grandes humoristas de la vieja guardia en Paraguay, conductor, por décadas, en Radio Nacional de un programa llamado “Mi canto, mi Gente, mi Tierra”, humor, folklore y muchas historias de tierra adentro hacían parte del acervo de aquel gran artista, hoy heredado por su hijo que sigue casi el mismo camino aunque con una pisada diferente, más actualizado aunque no por ello menos auténtico.

Acuñó la muletilla de “tranqui, tranqui, pero ani tranqui eterei” que ya hace parte del vocabulario de todos. Conductor independiente de programas folklóricos en varias emisoras del Norte del país, hoy pisa los estudios de Radio Esperanza FM. Le damos la bienvenida desde la lejana París y le pedimos que nunca olvide sus raíces que tanto orgullo y alegría dio a muchos paraguayos en aquel tiempo. Su recordado espacio “Radio Tarová” junto a su padre en la misma Radio Nacional era cita obligada de los muchos que nos encantaban el humor. Le pedimos además nos avise cuando puede pasar una de esas grabaciones, así matamos un poco la nostalgia, sin sentir ninguna culpa. Éxitos Juancho

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Nuevo "LOOK" de los Yby yauenses


Escuchando Esperanza FM desde Yby Yaú, me deparé con la triste noticia de que mi querida ciudad, aquella que me ha dado todo: amigos, familia y dignidad, tiene un triste agregado en su paisaje cotidiano.

Lito Amarilla, el periodista que estaba dando la información decía con cierto dejo de tristeza, igual a la que yo exterioricé cuando lo escuché, que un poblador estaba sentado a la puerta de su casa mirando a la gente pasar, en una pausa de su trabajo, CON UN REVOLVER EN LA CINTURA.

¡SI!!! No leyó mal, un arma de fuego en la cintura. Peor aún, me imagino que ante la mirada entre curiosa e inquisidora de Lito, el poblador mencionado afirmó en alto y buen sonido: A PARTIR DE AHORA HAY QUE ANDAR ASI.

Qué triste, realmente doloroso, saber eso.

Pero como yo soy un tipo sarcástico y malintencionado ya pensé en el gran negocio que ese nuevo “look” Yby Yauense puede generar. Imagínense, Yby Yaú será el nuevo escenario de los filmes de cowboy, solo que en vez de caballos se usará motos y en vez de saloons el escenario de muertes será la Ruta, y no habrá duelos, serán muertes violentas, no habrá héroes ni bandidos, porque la película siempre terminará sin que “nadie” sepa quién mató, ni porqué a pesar de que todos estarían a cara descubierta y el “Sheriff” esté a escasos cinco metros del hecho. Además de todo eso habría que pensar en la nueva moda masculina, los pobladores de la ciudad, y el distrito claro, vestirán pantalones jeans, camisas a cuadro y una pistolera en la cintura, talvez dos; por otro lado, los forasteros vestirán largo “sobretodos” o capotas, bajo la cual disimulará ametralladoras livianas.

Todavía faltan algunos detalles: el juzgado deberá pensar en más armarios para “archivar” los casos.

Ya sé, se dieron cuenta ¿verdad? Ni las vestimentas, ni los “detalles” parecen de cowboy, más parecen de una película de hampones de la mafia italiana, lo que pasa es que hay “estancieros” como protagonistas e Yby Yaú tiene ciertos paisajes de praderas con vacas pastando; o sea que pienso que podría darse un nuevo “estilo” de películas de “cowboy” donde el malo vence al bueno, al inocente, al que no tiene nada que ver en toda esa historia. Y lo vence de la manera más cruel posible, con el arma más efectivo y mortal: EL MIEDO, ¡SI!!! Igual que en las películas de cowboy, donde unos pocos se imponen a toda una población de pacatos ciudadanos, imponiendo el terror.

¿El artículo le pareció de un humor negro de mal gusto? Pues para mi es de peor gusto el que sigan las muertes sin ser esclarecidas y que familias enteras queden huérfanas de sus seres queridos, independiente de que, algunos de estos seres queridos, no hayan tenido un pasado “demasiado limpio” que digamos. Aquí debemos plantearnos que NADIE puede hacer “justicia” por mano propia, tampoco puede permitirse la “quema de archivos” para salvar el “pellejo” de unos pocos, que pisan fuerte gracias a sus “aliados de peso”. No sé si me explico.