Nota: Enrique Ramón Galeano
En las últimas elecciones
generales, estaban habilitadas 3.516.275 VOTANTES (entre éstos hay que “descontar”
personas muertas y los que no están en el país, pero que siguen figurando en el
padrón, como es mi caso). Notemos que la Dirección General de Estadísticas
Estudios y Censos (DGEEC) “dice” que la población paraguaya es de 6.672.517
personas, incluidos extranjeros. La diferencia entre votantes habilitados y los
que votaron es de 1.124.485. Pregunto: ¿Cuántos paraguayos, habilitados para
votar viven en el exterior? Si comparamos las cifras, encontramos que en
Paraguay no hay ABSTENCION, lo que hay es AUSENTISMO.
Cuando los medios hablan de
AUSENTISMO no especifican el porqué de la mayoría de ese ausentismo (que no es
lo mismo que abstención, repito).
Esas personas ausentes, no
importa el porqué, (descontando a los muertos, por supuesto) son gentes que
deberían haber votado, caso las cosas se hubieran hecho bien con los migrantes
paraguayos, pero eso es harina de otro costal.
Por dónde, y desde dónde, se los
miren a estas cifras, resultan dudosas, hay cosas que no cuadran. Pero para
entender este tema solo hay que considerar dos cosas, los censos en el Paraguay
nunca fueron, ni nunca serán ni verídicos ni, mucho menos, exactos, pues éstos,
así como las inscripciones en Registro Electoral, se hacen a la bartola. Para
peor, en época de votaciones el oficialismo, o el que tenga más plata y poder,
suele “hacer desaparecer inscriptos”, por tanto, aquí las cifras no cuentan en
realidad, no sé si me explico.
Pero todo este preámbulo es para
explicarle a la gente, fanática a Cartes, que el actual Presidente de la
República del Paraguay, no fue “electo por el pueblo”, fue votado por 1/6 (una
sexta) parte de toda la población paraguaya y por 1/3 (un tercio, y un piquito
más) de votantes habilitados. Estos datos, sumados a que Horacio Cartes “COMPRO
la ANR” con todos sus dirigentes, para acceder al poder, tenemos que Cartes
accedió al poder por medios totalmente oscuros y con fines mucho más oscuros
todavía y sin anuencia de la gran mayoría del pueblo paraguayo.
La otra pregunta que paria en el
aire es ¿Porqué no esperaron que Lugo terminara su mandato, para llegar ellos
al poder por medios un poco menos macabros? ¿Había necesidad de montar todo el
circo de Curuguaty, un circo sangriento, por cierto, para sacarlo a Lugo? Si
había, porque Federico Franco quería el poder, aunque más no sea por un pequeño
tiempo, para hacer de las suyas y pavonearse de su figura de Presidente de la República,
aún a costa de muertes inocentes. Además si Lugo terminaba su mandato, lo que
iba a hacer era sacarle las tierras a los sojeros y a los narco – ganaderos y
eso era mal negocio para todos, había que frenar eso de todos modos. Las
muertes, los apresamientos, los escándalos internacionales, eran “efectos
colaterales” que después se pensaría cómo arreglar, pero Lugo tenía que caer, y
ése plan estaba diseñado desde el mismo día que asumió la Presidencia de la
República.
Piensen en todo esto y saquen sus
propias conclusiones
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