Por Andrés Colmán Gutiérrez - @andrescolman
-¡Vení, vení, entrevistale a este gran productor ganadero, que es el campeón de la Expo Concepción –le dijo un alto directivo de la Asociación Rural del Paraguay a Alejo Mendieta, entonces periodista radial de Radio Mburucuyá, de Pedro Juan Caballero, durante la realización de la Expo Amambay, en setiembre de 2005.
El periodista recuerda al próspero ganadero, cuyo nombre era Ronaldo Alves do Santos, como "un brasileño petiso, con un enorme sombrero, que se codeaba como un gran personaje con las autoridades de la Rural y con varias personalidades de la región. Todos lo trataban con mucha deferencia".
Mendieta le hizo una entrevista "en vivo" al exitoso ganadero, cuyo toro Brahman había ganado el premio de Gran Campeón de la muestra. El entonces secretario general de la regional de la ARP, doctor Ricardo Zacarías, le ayudó con el reportaje.
Con gran sorpresa, Alejo volvió a ver la foto de esa entrevista, publicada meses después en Última Hora, junto a la noticia de que aquel "ganadero exitoso" y socio de la ARP se llamaba en realidad Arnaldo Moreira de Macedo y acababa de ser detenido por la Policía, respondiendo a un pedido de la Justicia brasileña, que lo acusaba de ser "un pez gordo del narcotráfico internacional", que se había fugado tres veces de las cárceles brasileñas y vivía con identidad falsa en el Paraguay.
"Cuando lo entrevisté, él era presentado por los propios directivos de la Asociación Rural como la estrella de la Expo Amambay. No solo yo hablé con él, sino varios colegas de otras radios, de revistas y de la televisión lo entrevistaron también. Al enterarme luego de quién era, primero me quise reír, luego me quedé preocupado, porque es grave que un personaje así pueda entrar y moverse con tanta libertad, e incluso con el apoyo de nuestras autoridades, como lo hacía este señor", destacó el periodista.
La "narco-ganadería" se vuelve a poner de moda
La palabra "narcoganadería" y su nueva variante, la "narcocarne", se han vuelto a poner de moda, luego de que una comisión bicameral del Congreso reveló que el ex intendente municipal de Ypejhú, Vilmar Neneco Acosta, -actualmente prófugo ante la acusación de haber ordenado el asesinato del periodista Pablo Medina-, estuvo haciendo gestiones para vender sus cabezas de ganado vacuno.
El senador Arnoldo Wiens, uno de los miembros de la comisión, reclamó el silencio de la principal organización de productores ganaderos del país, la Asociación Rural del Paraguay, ante este hecho.
"La ARP debe tomar distancia de la narcoganadería", exhortó el legislador. "Estoy seguro de que la sociedad paraguaya va a hacer un escrache a la narcocarne No queremos comer carne de vacuno de una estancia cómplice, o vinculada a estos ilícitos", insistió.
La acusación del legislador pronto obtuvo respuesta del actual presidente de la Rural, Germán Ruiz, negando que Neneco sea socio de la organización.
En una entrevista con la emisora 730 AM, Ruiz recordó que una sola vez, "hace cerca de cinco años", la Rural detectó que uno de sus asociados tenía vínculos con el narcotráfico, y que en su momento se decidió expulsarlo del gremio.
"Fue en el norte del país. Había un socio que se detectó que tenía complicidad (con el narcotráfico) y se le sacó de una filial", aseguró. Agregó que no se difundió la información, "por una cuestión de confidencialidad" y por ser "efectivos a la hora de actuar".
En realidad, el sonado caso de Arnaldo Moreira de Macedo sí fue difundido en su momento, en una serie de reportajes que Última Hora publicó a partir del 11 de julio de 2006, bajo el título: "Paraguay, un paraíso para los narcoganaderos".
Vale la pena recordar más detalles de aquella pintoresca historia...
Dos identidades falsas y mucho dinero
Arnaldo Moreira de Macedo había llegado al Paraguay en una primera incursión, en 1993, con un frondoso prontuario criminal, tras haberse fugado de una cárcel brasileña.
El 4 de octubre de 1993, Macedo obtuvo una cédula de identidad paraguaya con nombre falso, haciéndose pasar por Ronaldo Alves da Silva.
El prontuario para la expedición de dicha cédula estaba firmado por el comisario general Francisco Ramírez Arrechea, y aseguraba que Alves da Silva había nacido en Sanga Puitá, Mato Grosso do Sul, el 20 de octubre de 1954.
Posteriormente, en octubre de 2002, en un segundo ingreso al Paraguay, Macedo obtuvo una nueva cédula de identidad, esta vez a nombre de Ronaldo Alves dos Santos, supuestamente, nacido en Palmital, Brasil, el 23 de octubre de 1955. El documento había sido firmado por el subcomisario Eliseo Báez.
Con esta nueva identidad, Macedo realizó varias inversiones. Adquirió tierras y montó una lujosa estancia de 4.000 hectáreas en Puerto San Salvador, Concepción, a orillas del río Paraguay (cercana a la localidad de San Alfredo), a la que bautizó con el nombre de Estancia Virgen Serrana, con una imagen de la Virgen de Caacupé en la entrada, y en cuyo homenaje levantó una hermosa capilla.
Además, instaló una empresa de mejoramiento genético, denominada Giamex, una cabaña modelo y otras empresas. Poseía también una lujosa residencia en el condominio Las Piedras, en Luque, en donde fue finalmente detenido el 24 de junio de 2006, por efectivos de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), que le seguían la pista desde hace meses, en base a informes de la Policía Federal brasileña.
A Moreira de Macedo lo presentaban como un gran capo del narcotráfico, reemplazante de otro "padrino", el también brasileño Iván Méndez Mezquita, que había sido arrestado en noviembre de 2004, en su estancia de Alto Paraguay, cuando estaba dirigiendo un embarque de 265 kilos de cocaína.
Excentricidades del capo narco-ganadero
Los relatos sobre las andanzas de Alves dos Santos (en realidad Moreira de Macedo), en la zona de Concepción, siempre protegido por un ejército de guardaespaldas, llegaron a hacerse legendarias.
Así lo relata un periodista de la región: "Una noche estábamos en la parrillada Toniño, en el centro de Concepción, cuando llegó este personaje, al que todos conocíamos como Alves dos Santos, rodeado de sus matones. Hizo cerrar el local y empezó a derrochar dinero en una gran farra, en que nos convidó a todos. Él era así, muy generoso, y por eso mucha gente le adulaba".
En julio de 2006, el autor de esta nota, en compañía de otros compañeros y del corresponsal de ÚH en Concepción, Justiniano Riveros, ingresamos con una camioneta sin logotipo al interior de la estancia Virgen Serrana.
La excusa que dimos fue que éramos técnicos en turismo, que estábamos haciendo un relevamiento de los antiguos puertos sobre el río Paraguay (el muelle de San Salvador es uno de ellos), para hacer una guía turística. Así logramos que nos abran los muchos portones del camino de acceso y pudimos llegar hasta el casco central del establecimiento, donde logramos obtener fotografías en forma subrepticia.
Así lo describíamos en el reportaje publicado entonces:
"Se trata de una lujosa mansión de dos plantas, con amplios ventanales de vidrio, rodeada por un verde y cuidadoso jardín. Desde allí se domina todo el paisaje, el remanso azul del río Paraguay, el viejo embarcadero donde alguna vez estuvo el puerto de San Salvador.
"Una torre metálica y antenas parabólicas revelan la presencia de alta tecnología en comunicación. Cerca hay una capilla con un campanario, viviendas y galpones, una pista de aviación. Informes de la Senad indican que desde esta misma estancia se habrían estado operando envíos de cocaína.
"Una mujer sale a recibirnos. Quiere saber quiénes somos, a qué venimos, quién nos dejó pasar. Al instante se acerca una camioneta con varios hombres armados. Uno se adelanta, dice ser el encargado. Las mismas preguntas, las mismas respuestas: Somos técnicos en turismo, queremos visitar el puerto. No nos cree mucho, pero nos deja pasar. Llegamos a la orilla del río, tomamos algunas fotos y nos despedimos con un gesto. Ellos están ansiosos de que desaparezcamos de allí. Nosotros también...".