Vamos a hacer un recuento de nuestra historia
política desde 1989:
Con el golpe de militar (todo un circo) encabezado por el Gral. Rodríguez, nos dicen, nos
cuentan, nos repiten, que hemos “conquistado la democracia” Como dirían los
españoles “anda ya”. Democracia es poder en las manos del pueblo, y el pueblo
es el único que nunca tuvo algún poder en el Paraguay.
Supongamos que aceptamos que tenemos la
democracia, entonces nos preguntamos: A Rodríguez ¿lo eligió el pueblo para
Presidente? Recuerden que en Paraguay no hay ELECTORES hay VOTANTES. El General
Rodríguez se auto nombró Presidente y llamó a votaciones, pero hete aquí que se
candidata por el Partido que acababa de ser “derrocado por un golpe militar” o
si no la lectura de aquel golpe debía ser otra: Rodríguez y algunos Colorados
disidentes le hicieron el golpe a Stroessner usando al ejército en nombre de la
Patria a favor de un sector político. O sea que nunca se le derrocó al Partido
Colorado, nunca fue ésa la intención (cuando
hablamos de Partido Colorado, estamos hablando de los seudo-colorados
empotrados en la estructura del Partido con fines de tomar el poder).
Rodríguez busca un siguiente candidato a
sustituirle en el cargo, la pelea entre militares de alto rango era tan grande
por ocupar la presidencia, que Rodríguez negocia con el más voraz e incisivo de
los militares, Lino Oviedo, y llegan a un acuerdo con Juan Carlos Wasmosy, que
acepta la candidatura, representando a los “zares de Itaipú”. Conclusión fue
votado un segundo presidente de la República digitado por los poderosos de
turno. A Wasmosy se le hace cuesta arriba mantener a raya a Lino Oviedo, éste
busca, por todos los medios posibles, manipularlo, y derrocarlo si es posible,
cosa que no consiguió.
Lino Oviedo, finalmente, consigue candidatarse
a Presidente de la República con Raúl Cubas Grau, como Vice, ganó las
votaciones, pero no pudo asumir, así que asume Cubas Grau, así llegamos a un
tercer Presidente en el poder al que nadie conocía y, para peor, no tenía ni
idea de lo que tenía que hacer, Oviedo lo maneja desde la clandestinidad, hasta
que se vino el Marzo paraguayo y acabó renunciando porque no soportó la
presión.
Y aquí asume Luís Ángel González Macchi, a éste
ni siquiera lo candidataron, cayó en paracaídas, y más perdido que ciego en
tiroteo, Macchi era Presidente del Congreso, en aquel entonces, él debía haber
llamado a nuevas elecciones, pero los Colorados optaron por dejarlo,
argumentando que llamar a nuevas elecciones costaría muy caro al Estado (quedándose
Macchi, le costó caro al pueblo, que es lo mismo) Un cuarto Presidente sin la verdadera venia del
pueblo paraguayo.
Mientras, los Colorados, preparan otro
candidato, surge Nicanor Duarte Frutos, proclamado y financiado por algunos
políticos y empresarios de frontera (entiéndalo como quieran). Con Nicanor,
florecen las agro-industrias (sojeros y latifundistas) y se fortalece la mafia
de la narco ganadería y el lavado de dinero. Nicanor crea un nuevo parámetro
para medir el crecimiento económico del Paraguay “La macro-economía” dándole el
crédito del éxito económico del Paraguay a los latifundistas sojeros, su
prepotencia y su estúpida terquedad le valdrán para ganarse el título de
Mariscal de la Derrota del Partido Colorado, el pueblo se manifiesta cada vez
más descontento, los mismos colorados ya manifiestan su desacuerdo con Nicanor,
no le apoyan en su ansiado proyecto de reelección, entonces Nicanor opta por
jugarse la carta más peligrosa, candidatar a Blanca Ovelar para sustituirlo,
con eso se quemó Nicanor y, de paso le quemó a Blanca Ovelar (que si se hubiera
candidatado Motus Propio podría haber ganado)
Surge un candidato inesperado, por primera vez,
fruto de una alianza entre pequeños Partidos y movimientos sociales junto con
el PLRA (fue el peor error, el acuerdo con el PLRA, no el candidato) Fernando Lugo,
un ex obispo, que, a pesar del gran esfuerzo de los colorados por mandarlo a la
cuneta, gana las votaciones (talvéz haya sido ésta la primera vez en que el pueblo
paraguayo realmente optó por votar a alguien diferente) y asume la presidencia
de la República secundado por Federico Franco, el más angurriento y haragán del
clan Franco en el PLRA. Franco busca por todos los medios ponerle la zancadilla
a Lugo, negocia con Oviedo, con los colorados, en fin, nunca cumplió su rol de
nexo entre el parlamente y el Ejecutivo, salvo para trancar los proyectos de
Lugo, mientras Lugo se veía en una maraña insostenible de denuncias de hijos no
reconocidos, ampliamente difundida por la prensa en general, algunos de ellos
veían el peligro inminente de perder propiedades malhabidas si la reforma
agraria de Fernando Lugo seguía adelante, para felicidad de los Colorados y
latifundistas aliados, Federico franco quería, por todos los medios, sentarse
en la silla presidencial, se lo prometieron y con eso Federico puso el mayor
empeño en derrocar a Lugo, en eso entra en el escenario de las componendas dos
grandes maestros, Galaverna y Blas N.
Riquelme, Don Blá, hacía tiempo, venía enfrentando problemas con unas tierras
ocupadas por algunos campesinos y que él decía que eran suyas por usucapión. Galaverna
da la idea de radicalizar el Juicio y el desalojo, montan la masacre, el
resultado ustedes ya saben.
Pero, para que todo el montaje tenga éxitos, se
necesita dinero, y también un candidato que ocupe el cargo de Presidente en
nombre de la ANR, pero la ANR no tiene dinero para enfrentar esa batalla.
Llaman a Cartes para esa misión, pero Cartes es un empresario, con visión de
empresario y empresario es igual a negocios. Cartes no podía ser candidato de
la ANR porque nunca había militado, ni siquiera como votante, en el Partido; ¿solución?
Cambiar los estatutos del Partido para lograr eso, Cartes financia todo eso
(vulgo: compra la estructura, legal y ¿humana? del Partido Colorado, léase los
dirigentes y el estatuto) Cartes es el actual Presidente de la República a
pesar de su negro antecedente (no es el primero, Rodríguez fue lo mismo)
Y colorín colorado, este cuento (de terror) aún
no se ha acabado
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