Fuente: ABC color
El narcointendente de Ypejhú Vilmar “Neneco” Acosta Marques, después de ser uno de los hombres más temidos de la zona baja de Canindeyú, ahora pasó a ser tal vez el delincuente más buscado del país, no solo por los organismos de seguridad de nuestro país, sino por organizaciones de traficantes del Brasil.
Supuestamente, la muerte del corresponsal de ABC Color en Curuguaty, Pablo Medina Velázquez, ordenada por Vilmar, prácticamente interrumpió todas las actividades de organizaciones dedicadas en la frontera al floreciente “negocio” del narcotráfico en la región y del cual también se servían los políticos colorados que le brindaban protección. Todo lo que sabe “Neneco” de las drogas, ahora lo pone en peligro de perder su vida.
Vilmar Acosta Marques firmó su propia “sentencia de muerte” con la orden que dio de eliminar al periodista de ABC Color, en un atentado materializado por su hermanoWilson Acosta Marques y el sobrino de ambos, Flavio Acosta Riveros, el 16 de octubre pasado en jurisdicción de Villa Ygatimí, específicamente a la altura de la colonia Itanaramí.
La respuesta del Gobierno, de barrer con el área de influencia de la red de “Neneco”, en la zona de Ypejhú y Villa Ygatimí, acarreó impensadas consecuencias para la organización criminal, que en menos de dos semanas perdió a importantes miembros, grandes cargamentos de drogas y, lo más importante, la ruta de tráfico con la cual venían operando con absoluta impunidad.
La orden de matar a nuestro corresponsal, asumida por “Neneco”, arrojó hasta ahora cuantiosas pérdidas para el resto de los eslabones de la frondosa cadena que integra el narcointendente de Ypejhú.
AMENAZAS Y ORDEN DE CAPTURA
Según los datos de inteligencia, ahora “Neneco” soporta amenazas de diversas facciones para las cuales antes trabajaba, a raíz de que perjudicó a toda la estructura.
Su situación se complicó aún más desde el momento en que se solicitó el pedido de captura internacional, que rige en Brasil, país donde podría mantenerse refugiado, de acuerdo con los datos de los principales investigadores tanto de la Policía como del Ministerio Público.
El hecho de que la Policía paraguaya mantenga sitiada la zona de Ypejhú, por culpa de “Neneco”, impide, por el momento, que sigan cruzando hacia el lado brasileño miles de kilos de marihuana, con lo que la producción y el tráfico se ven seriamente obstaculizados.
Los demás “patrones” de la “macoña”, que compraban o vendían la droga de la red de Vilmar Acosta Marques, ahora deberán esperar que la situación se calme nuevamente para volver a reactivar el negocio, excepto que el narcointendente sea capturado o aparezca muerto, con lo que mermaría la presión del Gobierno en la zona.
El problema sigue siendo aún mucho más grave para “Neneco”, si se tiene en cuenta que esta es la época de cosecha más “fructífera” para los marihuaneros, debido al incremento de la demanda por los carnavales que se aproximan en Brasil después de fin de año y lo que el evento representa económicamente para los financistas.
Entonces, con tanta “mercancía” estancada y sin poder circular, el culpable directo para todos los maleantes es únicamente Vilmar Acosta Marques.
TAMBIÉN LOS “PADRINOS” POLÍTICOS
No solo las facciones de narcos están tras Vilmar Acosta Marques, sino que ahora también se filtró la información de que sus “padrinos” políticos estarían intentando localizarlo para deshacerse de él.
Las derivaciones de la repercusión del asesinato de Pablo Medina hicieron que también se revelaran quiénes eran sus protectores políticos, a su vez, seriamente comprometidos con el prófugo.
Por ejemplo, al “clan” Villalba, dirigido por la diputada colorada María Cristina Villalba de Abente, ahora se le atribuye no solo un “padrinazgo” a la red de “Neneco”, sino que también hay sospechas de que lo escondieron tras el crimen.
Inicialmente, hasta el gobernador de Canindeyú, Alfonso Noria Duarte, se vio obligado a organizar el 21 de octubre pasado un mitin político en Curuguaty para defender a la diputada Villalba y rechazar la injerencia de la narcopolítica en la región.
Pero con el “balde de agua fría” del día siguiente, que significó el hallazgo de un campamento narco en la estancia “Dos Naciones” de Ypejhú, perteneciente al intendente local, los caudillos colorados de Canindeyú se vieron forzados a reconocer que “Neneco” trabajaba directamente en el negocio de la marihuana. La incautación de cientos de “ladrillos” de marihuana y también “macoña” picada en el narcocampamento de Vilmar, además de gatos hidráulicos, prensas de hierro y toda la infraestructura para procesar droga, lo “sepultaron”.
El enorme perjuicio político provocado por la acción de Vilmar Acosta Marques, que podría debilitar el movimiento de la “doctora Cristina” de cara a las futuras elecciones, obliga al grupo de la legisladora a buscar una salida inmediata al tema, que únicamente podría ser la detención del narcointendente.
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