El paraguayo es
un ser extremamente “descuidado”, le encanta hacer las cosas “a medias” y
escudarse en el “A mí no me va a pasar” para no hacerse ciertos exámenes.
El SIDA es un
TABU, mucho peor que la homofobia. La sociedad falso – moralista e hipócrita,
es muy propensa a burlarse de quienes sufran ciertas enfermedades o
limitaciones físicas, en muchos casos hasta los rechazan o los miran con falsa
piedad.
La supuesta “discreción”
y reserva absoluta de “confidencialidad” es muy subjetiva, considerando que
siempre hay algún “bien intencionado” falso piadoso” que hace un comentario
sobre su sorpresa de “Nunca pensé que FULAN… iba a tener esto o aquello”
Entonces más
allá de hacer una campaña, lo que hay que hacer es concienciar a la ciudadanía
que la persona portadora de alguna enfermedad, como el SIDA, el cáncer, la
tuberculosis o, incluso, la lepra no es ningún extraterrestre, es un ser humano
que requiere atención específica pero no de “aislación total” En la época del
Imperio Romano, se les aislaba a las personas con ciertas enfermedades, incluso
se las consideraban “inmundas” Pero aquello fue hace casi dos mil años, hoy
contamos con tecnologías de punta que limitan al máximo los riesgos de contagio
de esas mismas enfermedades. Contagios que en realidad se dan por la absoluta
falta de información, preferimos exponernos a la enfermedad que a al método de
prevención (el caso de la Próstata es la prueba más cabal de eso).
En muchos casos,
dependiendo del lugar en que se vive, la calidad de la formación profesional
del personal de salud también es determinante para la buena marcha de las
campañas de prevención.
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