Sufrir una enfermedad de la talla de un cáncer
y seguir siendo optimista, es cosa de muy poca gente. Normalmente, cuando uno
cae en este tipo de trances, suele maldecir a la vida y a todo lo que le rodea.
Susi era absolutamente diferente, ella bendecía
cada amanecer, daba gracias a Dios por un día más, en realidad, daba gracias
por todo. Y no fueron pocos meses, fueron años y años, de quimio, de
internaciones, caídas y recuperaciones, lentas y dolorosas (imposibles de
dimensionar si no la sufrimos en carne propia). El esposo de Susi, el, también
Profesor, Agustín Sánchez, estaba allí, al lado, dando apoyo, junto a toda la
familia. Tuvieron que tomar decisiones dolorosas, como dejar su Yby Yaú natal,
ambos, y trasladarse a otro pueblo, otra ciudad, otra gente.
Susi mantenía un perfil en el Facebook, y
servía de inspiración para mucha gente, a veces nos invitaba a elevar una
oración POR ELLA, pero con ese pedido también nos ayudaba a nosotros a
acercarnos más a Dios, a ser solidarios.
Con esta nota quiero dejar mi testimonio, de la
vida de esta gran mujer, una docente a carta cabal, pues hasta su último
suspiro siguió enseñando, no materias académicas, nos enseñaba HUMANISMO. Por
todo eso le agradecemos y la recordaremos siempre.
PAZ ETERNA EN TU TUMBA, Profesora Susana Cano
Sánchez.
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