Hoy me puse a
reflexionar, lo que soy y lo que fui. No tengo la intención de mostrarme o resaltar
algo de mí, no, nada que ver. Solo que, parece, hoy amanecí un poco bajoneado y
me estaba preguntando donde he fallado.
Apenas
comencé el “auto análisis” me encontré que yo no era nadie demasiado especial,
como para merecer ser diferente a nadie, de hecho nunca “construí” nada firme.
Solo a los 37 años, alguien entró a mi vida a hacer por mí lo que yo no había hecho
hasta entonces, por mí mismo.
En unos días
más, uno de mis hijos, va a cumplir 23 años, y creo que debo confesar mi pecado
de no haber impregnado en él la presencia, y la esencia, de un padre, confieso que fui omiso. Confieso
que mis ganas de no ver a ninguno de mis hijos, suplicando migajas a algún
mercenario de la seudo política paraguaya, cuando necesiten atención médica, o
trabajo, o mejor calidad en la formación profesional, me robó más tiempo de lo
que debía y que no se los dediqué a mi familia. Lo confieso y les ruego, a
todas y todos, me perdonen. En especial a Bernardina, que fue quien arriesgó
todo su futuro, al unirse a mí en matrimonio. Confieso que, yo siempre me
enorgullecía de haberle “enseñado” un montón de cosas, en mi vanidad, no me
estaba dando cuenta de que, en realidad era ella, la que me estaba enseñando, a
ser un hombre digno, hasta entonces, no era más que un simple trotamundos, sin
rumbo por la vida.
Si lo que ya
hizo por mí no pareciera suficiente, me regaló 4 maravillosas criaturas, cada
una de ellas, con sus caracteres tremendamente especiales. Me reconozco en cada
una de esas criaturas, en las diferentes etapas de mi vida.
Pedro Javier es
mi viva imagen de “relajado” calmo (a veces hasta parece frío), que da la
sensación de “qué me importa la vida”,
pero que, en el fondo, se pregunta todo Muy obediente, pero también un poco
rebelde (la dosis perfecta). Olvidaba agregar, Pedro se gana fácil la simpatía
de cualquier persona
Brígido
Hernán, tiene algo que yo nunca puede tener y ejercer, pegarse a la mamá y al
abuelo, pero sabe tratar a todos y no admite que se le ataque a cualquiera de
los que él ama (defensor nato). Aunque un poco tímido, también tiene su lado de
humor, le encanta reírse de la vida. Brígido es el único que tiene un apodo, “Viky”
Guido Renán, qué
puedo decir de este morenito, que usa el humor negro para decirte de frente lo
que piensa de ti, aunque seas su padre. Frontal, sincero (chocante, a veces)
pero muy disciplinado (totalmente lo opuesto a mí), para Guido, nada fuera de
lugar, lo que prometiste, cumple, porque si no, serás blanco de un furibundo
tiroteo de “chistes direccionados” hacia lo que hiciste mal. No se le olvida
nunca nada. Detallista al extremo y muy empeñado a mostrar de que ES capaz.
Naila Andrea
(la Princesa que se hizo esperar), yo siempre soñé tener HIJAS, pero Dios me
mostró que no somos los padres quienes elegimos, sino son los hijos quienes nos
eligen. Ella es pura ternura (en eso se parece mucho a Brígido) celosa de la
madre, como ella sola y sentimentalista, como toda mujer.
Si hoy me
toca ser un poco parte de las historias de estas personitas maravillosas, solo
tengo que agradecer a Dios, por ese privilegio.
Perdónenme,
por usar este espacio para desahogarme un poquito.
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