Seguir

domingo, 20 de noviembre de 2011

Se me va mi mamá

Aún cuando  no ha crecido con su madre, uno siente ese amor de hijo y nada impide sentir ese dolor del golpe de la noticia de que se está quedando ciega.
Doña Antonia, una mujer, extremamente inquieta, activa e independiente. Ese es el perfil de mi querida madre.
Digo esto a modo de hacer notar cuán dolorosa debe ser para mi madre estar en esa situación, y a nosotros saber que ella está en esa situación.
Ya no podré verla con vida, ya no podré abrazarla; me consuela el hecho de que hayamos podido convivir, aunque por muy corto tiempo. Tuve la dicha de poder verla sana, fuerte y activa, a pesar de su, ya avanzado, mal de Parkinson.
No me resta sino rezar por ella, rogar porque no sufra demasiado, que Papá Dios le siga dando las fuerzas para soportar, una vez más, esta prueba difícil, dolorosa y dura que le toca vivir.

No hay comentarios: