Yby Yaú no se merece esto

Esto ya no tiene ninguna gracia, Yby Yaú no se merece este tipo de fama, habitan este hermoso pueblecito, de más 30 mil almas, gentes trabajadoras, humildes y sencillas.

Cuatro asesinatos brutales en menos de un mes ya debería ser motivo de preocupación para todas las autoridades (nacionales, departamentales y distritales), no es posible que sigan quedándose con el frío e inexpresivo “lamentamos lo ocurrido”.

Yo, y el 99% de la población, sabemos de dónde vienen los ataques, sabemos dónde se esconden los sicarios (quien mejor lo sabe es la policía), sin embargo nadie se mueve.

Los informativos locales no pasan de eso “informar” no buscan apelar a la indignación popular, no buscan que la gente se indigne, se manifieste, grite. ¿Cuántas muertes deberán seguir ocurriendo hasta que ALGUIEN se indigne?

¿Cuándo se va a dejar de “rotular” los casos como meros ajustes de cuentas, para comenzar a investigar de verdad cada caso y enviar a prisión a los asesinos y a los mentores de cada crimen?

JUAN HERMES PRIETO, ERNESTO DA SILVA, DAVID CARTAMAN y EDUVIGIS MELGAREJO (la víctima más reciente) fueron las víctimas de balas asesinas en menos de un mes, cuando se pide a la fiscalía informe sobre las investigaciones, ellos dicen que no hay muchas novedades, pero que siguen investigando, conversando con la gente se siente un miedo generalizado y la policía hace rebote de la pelota en el campo de la Fiscalía, mientras la población sigue a merced de unos sicarios con rostros, nombres y apellidos, que tanto para la policía como para la fiscalía, son apenas sicarios y los casos apenas “ajustes de cuentas” dando a entender, con eso, que la mafia puede seguir actuando sin ser molestado.

Cuatro asesinatos, tras ellos, madres viudas, huérfanos y hogares heridos de muerte.

Y aquí me viene la pregunta: ¿Yby Yaú puede ser considerado tierra de nadie y sin ley? Si la respuesta es así, ¿qué hace una comisaría policial y una fiscalía allí? Si la respuesta es no, la pregunta es la misma, con apenas un agregado ¿Qué hacen la Policía y la Fiscalía para solucionar el problema?