Por: Francisco Oliva Alonso (Para La Toronja Google Groups)
Compare, por favor, estas cifras.
La República del Salvador tiene 21.041 km. cuadrados y una población superior a los seis millones de habitantes.
La República de Nicaragua tiene 129.494 km. cuadrados. En extensión es seis veces mayor que El Salvador y tiene una población cercana a los seis millones de habitantes. Pocos habitantes para tanta tierra.
La República del Paraguay tiene 406.752 km. cuadrados. Somos veinte veces más grande que El Salvador y casi cuatro veces mayor que Nicaragua y tenemos seis millones y medio de habitantes. Muchísima tierra para poquísimos habitantes.
Sin embargo nuestros campesinos no encuentran tierra y 300.000 de ellos carecen de tierra para cultivar.
En una tierra desierta de campesinos, los campesinos paraguayos no tienen tierra. ¡Algo incomprensible! Se llevaron nuestra tierra.
Un tema digno de un estudio nacional para darle urgente solución.
Sin embargo la solución no se le da. Los ocho millones de hectáreas mal habidas, siguen siendo mal habidas en manos de latifundistas nacionales o extranjeros. En Asunción se dan títulos sobre grandes extensiones de tierras habitadas por campesinos o tierras ancestrales de los indígenas. Jueces, fiscales, policía y la GEO se encargarán de desalojarlos.
Y en diez años un millón de campesinos se han visto expulsados de sus tierras y tuvieron que refugiarse en asentamientos y bañados de las ciudades.
Y conste que darles simplemente tierras no es solución al problema campesino. Tiene que ir acompañada de créditos adecuados, de caminos para transportar los productos, de mercados estratégicamente colocados nacionales o extranjeros. Y a todo esto llamamos Reforma Agraria Integral. Nombre que ni siquiera se pronuncia en el actual gobierno.
Luis Rojas cierra su libro “La tierra en disputa” con esta frase: “El futuro está abierto y la historia está por escribirse. Las resistencias y luchas campesinas e indígenas muestran la vitalidad y la viabilidad de otro modelo productivo, de otra forma de sociedad.”
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