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viernes, 4 de enero de 2013

El censo y el vyroreí


El Censo Nacional de Población es la muestra más acabada de que somos el país del VYROREI, el PEICHANTE.
¿Quién controla la veracidad de los datos recogidos por los censistas?, no estamos generalizando las irregularidades, no estamos diciendo que TODOS los datos proporcionados por los censistas no sean correctas, inventadas o falseadas, estamos diciendo que hay censistas con viejas costumbres de llevar a cabo censos al azar (a lo “nos conocemos todos”, “yo se loo quién pa es”), no se tiene en cuenta que en “esa familia que “conocíamos” podría haber viajado, o fallecido o lo que sea, cualquiera de los miembros. De esa forma no se puede precisar sus recursos económicos, su situación laboral y las condiciones “reales de vida” (se presume, luego, eso se anota).
La gran mayoría de la ciudadanía no tiene idea de la importancia de hacer un censo en serio. Ningún administrador del país puede hacer un proyecto sin saber realmente a cuantas personas debe beneficiar, sin un censo minuciosos no se puede saber, ni siquiera calcular las prioridades de un pequeño pueblo, cuanto menos las de un país.
Urge tomar medidas en relación a este tema, urge preguntarse cuánto dinero se tiró a la basura en concepto de pago por un censo que no servirá para nada y quiénes son los verdaderos responsables de este desastre, quienes deben ser punidos por mal desempeño en sus funciones, falsificación de datos prioritarios y, por consiguiente, estafa al erario público. 

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