Hoy empezamos un
nuevo ciclo. Muchos ni siquiera habremos pensado en “diseñar” un proyecto de
vida, te invito a que lo hagamos.
Vamos a empezar
por buscar los “ingredientes” acordes a nuestros planes, para que disfrutemos,
de hoy en adelante, de una vida plena, alegre y equilibrada. Luego debemos
pensar en los “materiales” que vamos a usar en esa construcción, para que la
misma sea durable, sólida y, medio ambientalmente, acorde y armónica. Por último,
debemos elegir el “terreno” en la que vamos a construir nuestra nueva vida,
pues no podríamos construir nuestra casa sobre arenas, lodos o un terreno
desértico.
Ahora vamos a
cambiar los ingredientes (cal, cemento y agua) por paciencia, honestidad y
mucha solidaridad, sin una dosis adecuada de estos elementos en nuestra vida
diaria es muy difícil la convivencia, son éstos ingredientes los que “unirán”
los ladrillos y pilares de nuestras vidas (nuestros vecinos y amigos). El terreno
es el problema un poco más complicado, eso porque la mayoría de las veces no la
podemos elegir, entonces solo nos resta trabajarla, es decir “adaptarla a
nuestros deseos”. El terreno del que hablamos es el entorno que nos rodea, como
sociedad. Si vivimos en un barrio un poco violento, es como edificar en un
terreno lleno de malezas, cuando no la podemos eliminar, hay que buscar la fórmula
para que “esa maleza” (violencia) no entre en nuestra casa; a veces también
podemos estar en un terreno pedregoso, a causa de la diversidad religiosa, étnica
o social, nos resulta casi imposible la integración y la interacción, es decir
que nuestro “caminar” en este “terreno” necesitará de un especial cuidado para
no “tropezar” con algunas de esas piedras.
Hay mucho que
hablar de este tema, pero es muy importante considerar la posibilidad de “ir
diseñando” la vida que queremos y trabajar por construirla.
Si les parece
bien, divulguen esta idea. Si tienen alguna experiencia, cuenten, opinen. En fin
aprendamos a “compartir” para que las bases de nuestras vidas sean más placenteras,
sólidas y duraderas.
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