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lunes, 25 de octubre de 2010

Entre accidentes y acusaciones

De nuevo la imprudencia ha cobrado vidas en el Distrito de Yby Yaú, este fin de semana, tres jóvenes que viajaban en motos y volvían de un acontecimiento social fallecieron en un choque. Según reportes, incluso otro se encuentra internado en estado grave.

La creencia de que “conmigo no va a pasar eso” siempre nos conduce a cometer imprudencias graves. Lamentar las consecuencias de esas imprudencias, a veces lamentables y trágicas, casi nunca sirven de lección para evitar otros accidentes similares.

Hace falta una mano más dura, estricta en la aplicación de la ley de tránsito. La excusa de que “es pobre y vive aquí cerca nomás” ya no debe ser tenida en cuenta, debe ser banida. Es la razón por la que pasan este tipo de accidentes. Lamentarlos después no vale la pena.

Tres jóvenes vidas fueron cegadas en nuestro distrito, y no queramos culpar a las autoridades ni a nadie. Todo acto tiene sus consecuencias, y si no tomamos las precauciones pertinentes, seguiremos lamentando muchas más víctimas.

Los accidentes en general, principalmente los de transito, cuestan caro al Estado, al erario público, es decir al pueblo, lo que es peor, en algunos lugares no se cuenta con asistencia a accidentados en forma gratuita, lo que significa que le costará caro a la víctima y a sus familiares, amén de los daños por lucro cesantes que reporta una internación, eso si es que no muere, como en este caso.

Evitar accidentes es una responsabilidad ciudadana, luego una responsabilidad del Estado. De nada sirve que el Estado decrete reglas de transito cuando la población, propietaria de cualquier tipo de vehículo, no va a tomar en cuenta esas reglas y las precauciones debidas.

DEBATE ENTRE CANDIDATOS A INTENDENTE O UNA SESION DE ACUSACIONES VACIAS

Hemos escuchado parte del “debate” entre los candidatos a Intendente de Yby Yaú, nada positivo a concluir, se pasaron acusandose de todo, ninguno presentó un proyecto serio, es decir ninguno de ellos defendió sus proyectos con argumentos serios y válidos, todos divagaron, todos cayeron en el mismo error. Uno de los candidatos acusó de rico empresario al otro candidato, ese candidato, a su vez, retrucó con que el actual se hizo rico gracias a la administración municipal (no lo dijo textualmente, pero lo dejó entrever claramente).

Incluso los que parecían estar preparados para no caer, en esa burda, vieja y gastada trampa, cayeron.

Si pensaron conquistar al ciudadano votante con esa sesión de acusaciones, más que debates, creo que les salió el tiro por la culata, especialmente al candidato al recutú por la ANR. Lo notable es que este candidato debería tener un poco más de experiencia que los demás, el hace dos periodos que está dentro de la máquina política, en forma directa (cuando su padre, Silvino Casco, “figuraba” como intendente, en realidad era él quién tomaba las decisiones, “aconsejado” por Magdaleno Silva), sin contar todo el tiempo que trabajó como operador político para otras candidaturas.

El más aplaudido fue el economista Adalberto Canale, aunque ello no significa mucha cosa para determinar el resultado de la próxima justa cívica. Mucha agua todavía ha de correr bajo ese puente.

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