Si no hubieran
habidos tantas muertes, sino hubiera sido éste el más sangriento de todos los
enfrentamientos policial – campesino que conoce la historia paraguaya post
dictadura, podría afirmar que se trata una tragicomedia.
Resulta que los
políticos se culpan, se chutan la pelota, como siempre lo hacen cuando las
papas queman. La Justicia culpa al Legislativo y éste, a su vez, le culpa al
Ejecutivo, y el Ejecutivo se defiende culpando a ambos. Lo peor es que en esta
raqueteada tenística, los que llevan la pelota en la cara son los menos
culpables. Conste que no los defiendo, apenas digo que hay culpables mayores,
los que fueron “arrancados de su cargo” tienen la culpa, pero más la tienen los
miembros de la Justicia y los parlamentarios.
Hace años que la
ciudadanía reclama un cambio en la Constitución Nacional, para cambiar el
sistema electoral y el Status Quo en la Justicia, pero hete aquí que esa decisión
está en manos de los que, si se hace el cambio, serán los más perjudicados “personalmente”,
para explicar mejor la situación los paraguayos acuñaron la frase “Nadie chuta
su propia olla” Los últimos días fueron de fuertes turbulencias, las redes
sociales instaban a, lo que ya hace tiempo debían haber instado, UNIR LA
INDIGNACION A LA ACCION, y fueron a la acción, se manifestaron espontáneamente
y no fueron pocos, ni apenas una vez, los políticos trataron de “acallar” a uno
de los que “incitaron” a la manifestación, pero vieron que la indignación subió
de tono en la red, trataron de culparlos de los actos de vandalismos que,
probablemente, ellos mismos promovieron para criminalizar las manifestaciones.
No conseguían “apaciguar”
la marea popular que se les venía encima cada vez más fuerte, sabían que
estaban corriendo el riesgo de que ya no puedan parar esa marea. Había que
recurrir a otro mecanismo para pararlos. Oh!!! Santa Solución, hace unos
cuantos días se venía hablando de que se debía desalojar a unos cuantos
campesinos que habían ocupado una parte del “establecimiento” de Blas N.
Riquelme. Calcularon estrategias, un desalojo pacifico no tendría nunca una repercusión
capaz de “acallar” las manifestaciones, en un “enfrentamiento estratégico” (la
estrategia sería que los “provocadores” sean “los campesinos”, de esa forma la “respuesta
de la policía” estaría plenamente justificada), hablaron de las muertes, pero
dijeron “siempre hay víctimas, lo lamentaremos, ayudaremos a los familiares,
son gajes del oficio, pero hay una razón superior “Si no son ellos, seremos
nosotros” “Y nosotros somos el Estado” por lo tanto la decisión era una decisión
por “Razones de Estado”
Puede que no sea
la verdad, pero es mi lectura de los hechos
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