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viernes, 2 de agosto de 2013

Hacernos respetar

Para criticar a nuestros políticos hay que conocer el campo en el que actúan. Los políticos (en cualquier parte del mundo) luchan, primordialmente, por el poder, y la fama que ello implica. La famosa fórmula paraguaya “3P” (Plata, Poder y Prestigio) trae un cuarto “P” (Placer), quién llegue a alcanzar este tope, ha conseguido el éxito en su vida, no importa cual haya sido, o es, el campo desde donde actúa.
De aquí, entonces, podemos deducir que el motor que impulsa a nuestros políticos a entrar en el área política no es precisamente las ganas de “trabajar por el bien común” La política es, para ellos, la herramienta para acceder al poder, ganar dinero y tener el prestigio suficiente como para, con eso tener el placer de ser admirado y respetado (en nuestro caso la admiración es sinónimo de fama, o importa si buena o mala; en cuanto al respeto, prefieren que sea miedo)
Mientras sigamos “votando” en vez de elegir, seguiremos legitimando el poder en las manos de estos cleptomaniacos, corporativos y oligárquicos. Para que tengamos buenos políticos tenemos que tener buena educación, incluyendo en ella los valores humanos y ciudadanos. Solo estudiando los valores humanos, su sentido y su utilidad, podremos trabajar en pos de seres humanos, de otro modo siempre priorizaremos la cuestión económica y el poder que ello implica. Por aquello de que primero somos seres humanos, luego ciudadanos, en función al lugar (país) en que nacemos, después de aprender lo humano es importante aprender la convivencia ciudadana, conocer y respetar las reglas de ciudadanía, saber que nuestros actos cívicos influyen en los demás y actuar en consecuencia.
Nuestra política criolla es fruto de “tradiciones y fanatismos” lo que nos conduce a tener políticos absolutamente incapaces en áreas de extrema importancia en el País. Educación, Salud, Seguridad y Relaciones Internacionales, requieren diseños políticos acordes a las prioridades del País o la Región de influencia. Pero si nuestros políticos desconocen la verdadera esencia de sus funciones, la población no queda atrás, la propia ciudadanía no sabe el alcance de sus actos; 80% de los educadores no son sino “profesionales” que solo buscan pasar las materias a los alumnos, sin implicarlos demasiado en la vida cívica, siquiera se toman el tiempo de “explicar” a los alumnos los pormenores de la vida institucional de la escuela a la que asisten. Así los alumnos ven “discusiones” entre los profesionales educadores, sin entender el porqué y con ello no aprenden a “luchar por sus derechos”.
Dentro de este escenario: ¿cual creen ustedes que va a ser el espectáculo que pueden ofrecernos los principales actores políticos de nuestro País? ¿Creen ustedes que estamos capacitados a “exigirles otro libreto”? Como ciudadanos, ¿estamos preparados para aportar ideas?

Vamos a pensar en eso y comenzar a buscar caminos validos para sacudirnos la modorra, buscar “investirnos” del suficiente conocimiento como para que los políticos nos respeten en nuestras opiniones.

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