Para criticar a
nuestros políticos hay que conocer el campo en el que actúan. Los políticos (en
cualquier parte del mundo) luchan, primordialmente, por el poder, y la fama que
ello implica. La famosa fórmula paraguaya “3P” (Plata, Poder y Prestigio) trae
un cuarto “P” (Placer), quién llegue a alcanzar este tope, ha conseguido el
éxito en su vida, no importa cual haya sido, o es, el campo desde donde actúa.
De aquí, entonces,
podemos deducir que el motor que impulsa a nuestros políticos a entrar en el
área política no es precisamente las ganas de “trabajar por el bien común” La política
es, para ellos, la herramienta para acceder al poder, ganar dinero y tener el
prestigio suficiente como para, con eso tener el placer de ser admirado y
respetado (en nuestro caso la admiración es sinónimo de fama, o importa si
buena o mala; en cuanto al respeto, prefieren que sea miedo)
Mientras sigamos
“votando” en vez de elegir, seguiremos legitimando el poder en las manos de
estos cleptomaniacos, corporativos y oligárquicos. Para que tengamos buenos políticos
tenemos que tener buena educación, incluyendo en ella los valores humanos y
ciudadanos. Solo estudiando los valores humanos, su sentido y su utilidad,
podremos trabajar en pos de seres humanos, de otro modo siempre priorizaremos
la cuestión económica y el poder que ello implica. Por aquello de que primero
somos seres humanos, luego ciudadanos, en función al lugar (país) en que
nacemos, después de aprender lo humano es importante aprender la convivencia
ciudadana, conocer y respetar las reglas de ciudadanía, saber que nuestros
actos cívicos influyen en los demás y actuar en consecuencia.
Nuestra política
criolla es fruto de “tradiciones y fanatismos” lo que nos conduce a tener políticos
absolutamente incapaces en áreas de extrema importancia en el País. Educación,
Salud, Seguridad y Relaciones Internacionales, requieren diseños políticos acordes
a las prioridades del País o la Región de influencia. Pero si nuestros políticos
desconocen la verdadera esencia de sus funciones, la población no queda atrás,
la propia ciudadanía no sabe el alcance de sus actos; 80% de los educadores no
son sino “profesionales” que solo buscan pasar las materias a los alumnos, sin
implicarlos demasiado en la vida cívica, siquiera se toman el tiempo de “explicar”
a los alumnos los pormenores de la vida institucional de la escuela a la que
asisten. Así los alumnos ven “discusiones” entre los profesionales educadores,
sin entender el porqué y con ello no aprenden a “luchar por sus derechos”.
Dentro de este
escenario: ¿cual creen ustedes que va a ser el espectáculo que pueden
ofrecernos los principales actores políticos de nuestro País? ¿Creen ustedes
que estamos capacitados a “exigirles otro libreto”? Como ciudadanos, ¿estamos
preparados para aportar ideas?
Vamos a pensar
en eso y comenzar a buscar caminos validos para sacudirnos la modorra, buscar “investirnos”
del suficiente conocimiento como para que los políticos nos respeten en
nuestras opiniones.
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