Se va el 2.012,
muchos hechos marcaron su paso por nuestro querido Paraguay. Luchas sociales
criminalizadas, asesinatos de campesinos y policías para justificar y forzar el
“Golpe Parlamentario” que terminó con la destitución de Fernando Lugo,
expulsión de nativos, propietarios ancestrales, de sus tierras para “cederlas a
sojeros extranjeros”. El “supuesto EPP” cometió su crimen más horrendo, el de
la señora Bernal, a quien le habían colocado una bomba en el cuello,
produciendo la separación de la cabeza del tronco de la víctima, fue la imagen
más brutal de todos los crímenes cometidos y “asumidos” por el EPP. Sin embargo
el caso Curuguaty sigue siendo el misterio más bien guardado en los archivos de
este gobierno “de facto”.
Franco y su
gavilla, no quedaron apenas en eso, no pasaron ni 24 horas para que el
“flamante usurpador del poder Ejecutivo” ya estaba mostrando, a quien quisiera
verlo, cuál era el leit motiv del golpe
parlamentario. Con Lugo, las transnacionales, no han conseguido (ni lo hubieran
conseguido) robar nuestra soberanía energética y alimentaria.
Se va un año más
pero los políticos siguen siendo los mismos de décadas atrás, con las mismas
mañas y con la misma angurria de poder y dinero. Poco les importa, desviar
fondos destinados a la merienda escolar como la destinada a salud, con tal de
que ellos se llenen los bolsillos.
Se va un año más
y la ciudadanía sigue sin encontrar la fórmula para barrer el parlamento de seudo
representantes, que no hacen otra cosa sino perjudicar al país, cobrando una
suma millonaria mensual, desangrando las arcas del Estado bajo una asociación
ilícita para delinquir que siempre se mantiene impune, amparados en sus
investiduras políticas.
Tal como van las
cosas, no me animo a darle la bienvenida al 2.013, creo que ya viene cargado de
los mismos vicios y las mismas perspectivas, pero no es culpa suya, es culpa de
quienes deberíamos haber actuado, pero nos hemos quedado en el plagueo, el
pueblo sigue a rajatabla la consigna de los oportunistas, la de estar “divididos”
en colores, personalismos y fanatismos abonados por las prebendas, los
amiguismos y la corrupción generalizada, debilitando toda y cualquier
posibilidad de lucha frontal contra los atornillados al poder.
De todos modos,
dicen por ahí, siempre hay una luz en el fondo del túnel. Solo que, me parece,
esta vez esa luz es tan tenue (porque la ANDE sigue inoperante) que poca gente
lo puede visualizar.
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