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miércoles, 19 de septiembre de 2012

Quién se hará responsable?


La tormenta de la noche del martes 18 de Septiembre desnudó la altísima corrupción reinante en las licitaciones para las construcciones de edificios estatales. El dormitorio de los cadetes del comando logístico que se derrumbó y mató a tres cadetes, además de dejar con muerte cerebral a otro, tenía falencias gravísimas en su estructura.
El  reportero de un canal de la capital hizo un recorrido por el predio derrumbado y él mismo pudo constatar que los pilares (soportes del edificio) no tenían ninguna varilla de hierro en su estructura y el cimiento estaba completamente despegado de la pared (el reportero dijo que se trataba de una “pared de 30”, es decir que su grosor equivalía a dos ladrillos puestos de largo o cuatro de ancho) sin embargo lo que se podía observar era que la pared en realidad era de 15, es decir UN ladrillo puesto de largo. Lo más grave era que ESA PARED no estaba bien adherida al cimiento, o base, del edificio.
En la entrevista, un alto mando militar de la institución dijo que la construcción la realizó una firma de construcciones y que los militares ya no construyen estos tipos de edificios, salvo si lo hace el Batallón de Ingeniería.
Para ganar la licitación, la empresa que la construyó habrá presentado unas especificaciones técnicas acordes a las necesidades del edificio a           construir, lo que, lógicamente, se ajustaba al presupuesto presentado. Si esa carpeta técnica fue revisada por un técnico y la aprobó, luego de finalizar la construcción, también habrá participado un fiscalizador en la entrega del edificio terminado.
La primera cosa que hay que hacer es: Saber qué firma constructora realizó la obra, cuánto fue el presupuesto presentado que ganó la licitación (aquí se necesita el concurso de un perito para “evaluar” lo que realmente “costó” la obra derrumbada), y QUIENES fueron los responsables directos de la fiscalización de la obra.
La responsabilidad mayor sobre toda esta irregularidad cae sobre la empresa constructora, la misma no puede culpar a nadie, aún, y con más razón, si la “orden” de usar menos materiales haya venido de arriba. Pues es la empresa la que ejecutó la obra y es ella la que debe arcar con las consecuencias (indemnizaciones, gastos hospitalarios y otros) No se le puede dejar impune

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