Dolor, indignación, rabia,
impotencia, todo eso junto es lo que uno siente al leer la crónica sobre el
fallecimiento del joven policía Alexis Acosta, en el
policlínico policial Rigoberto Caballero de Asunción, tras el ataque a balazos
a una caseta policial situada en Azotey, sobre la ruta III Gral. Elizardo
Aquino, Departamento de Concepción, por un grupo que, según el reporte policial,
sería parte del EPP (grupo que dice luchar por la justicia social, contra los
latifundistas en el Paraguay).
Los familiares
del policía fallecido decidieron donar los órganos del mismo, lo que demuestra,
una vez más, la capacidad de raciocinio y humanidad del paraguayo. En el rostro
de Don Nicasio, el padre de la víctima, no había rabia, ni odio, había dolor y resignación.
El día antes, Don Nicasio había declarado a una emisora de Asunción que habían dejado
una millonaria deuda en un Sanatorio de PJC, tras los primeros cuidados que le
fueran dispensados en dicho centro asistencial privado.
Es aquí donde
me entra la rabia en su máxima potencia, no puedo entender que un ciudadano,
encargado de la seguridad de miles de otros ciudadanos, expuesto al peligro las
24 horas de su vida, más aún en una zona como Yby Yaú y su zona de influencia, no tenga un seguro médico que le garantice a él y
su familia una asistencia de urgencia y consulta sin comprometer la economia de
su familia.
Acostumbramos
tildar de corruptos, bandidos o coimeros a los policías, (que los hay los hay y
a montones) pero nunca nos hemos puesto a pensar en las condiciones laborales
en el que se desenvuelven estos ciudadanos. Las comisarías no tienen las más
mínimas comodidades para el buen desempeño de las funciones policiales básicas,
ni que decir para hacer frente a una situación como la que se planteó y se
seguirá planteando en esa zona, mientras no se extirpe la narco mafia.
El policía
no tiene ninguna seguridad ni libertad de acción en su labor, aparte de no
contar con los elementos básicos para su propia seguridad, tiene en sus espaldas
a sus superiores, que muchas veces le exige mucho más de lo que, como policía,
debe hacer. En muchos casos, como el de Yby Yaú específicamente, también tiene
que “encuadrarse” a un Diputado, rendirle cuentas, (soltar presos o apresar a alguien al antojo del mismo). No
cuentan con patrulleras, si tienen no tienen rubros para combustibles y tienen
que estar “mendigando” a los estancieros o comerciantes de la zona para esos
tipos de rubros. No se puede exigir “efectividad” a la policía si no se les
provee de lo esencial.
Para que
la Policía sea realmente NACIONAL y EFECTIVA, lo primero que debe hacerse es “eliminar”
la intromisión de políticos en su tarea. Un Agente Policial manoseado, nunca va
a tener ganas de actuar sin algún “incentivo extra” lo que lo torna esclavo de
factores externos a la institución para “actuar”
Seguirán
muriendo efectivos policiales, van a seguir siendo manoseados (por los políticos
y por sus mismos superiores) mientras que no se haga una “reestructuración” de
la institución. Elevar la calidad de preparación profesional y psico-social del
Agente Policial, poner al mando de las comisarias en puntos estratégicos a
personal de carrera y bien pagados (ninguno de la zona), de modo que no se
torne vulnerable a los “manejos oscuros”
Digo yo…
En este tema hay mucha tela que cortar
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