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lunes, 15 de octubre de 2012

Qué queremos?


Voy a volver a repetir, hasta el hartazgo si es necesario, que estamos en un momento crucial de nuestro presente político para construir el Paraguay del futuro.
Ante la aproximación de la fecha en la que se llevará a cabo una nueva “sesión de votos generales” cabe preguntarnos el modelo de país que queremos y confrontarla con el modelo de país que nuestros oportunistas nos presentan en sus discursos.
Entre los millares de “candidatos” que se presentan para ocupar los cargos que, “constitucionalmente”, quedarán vacantes, no hay tan solo uno que presente un proyecto de país posible. Las campañas proselitistas, básicamente, tienen el mismo monótono discurso de: “juntos podemos”, “somos el cambio” o cualquier otro Slogan populista, vacío y disparatero que atenta contra toda inteligencia ciudadana.
En el interior del país, las campañas pueden tener matices un poco más vivos (lamentablemente para peor) en el sentido de que los candidatos se pasan denunciando a sus, eventuales, contendores de irregularidades gravísimas sin que nadie, absolutamente nadie, tome cartas en el asunto, para peor, terminado el acto cívico, gane quien gane (cuando son del mismo partido) se sentarán a la mesa, negociarán cargos y cupos de poder (a eso le llaman “limar asperezas) y todo se habrá olvidado, incluso para el periodista más avezado.
No importa que me digan que es llover sobre mojado, pero repito, HACE FALTA PONER EN MARCHA LA MAQUINA DE LA INDIGNACION y actuar en consecuencia. Ya hemos comprobado que hasta la tecnología nos puede ayudar en eso. Podemos escrachar, denunciar con pruebas hechos de mal desempeño, nepotismo y todo lo que se esté haciendo mal en la administración pública. La ciudadanía debe convertirse en el principal Contralor de sus propios intereses (lo que significa que EL MISMO debe ser un ejemplo de ciudadanía) para erradicar la corrupción hay que negarse a cometerla o recibir provecho de ella.
Ante todo, necesitamos de EDUCACION CIVICA profundamente REVOLUCIONARIA, sin tibiezas, con un poner la cara ante la verdad sin medias tintas, no tenerle miedo a admitir que nos hemos equivocado y aunar esfuerzos para corregir el error. Para ello hay que aprender a tener opinión propia, aprender a confrontar informaciones, sin sacar conclusiones precipitadas para luego buscar la solución al problema.
Por todo eso ya decía en el otro artículo en mi blog PAREN TODO Y CAMBIEMOS EL CHOFER, pero aquí agrego, hace falta cambiar también el transporte y los pasajeros (O sea necesitamos colocar a nuevas gentes, con nuevos pensamientos e ideas y que la pasión por hacer bien las cosas sea el motor motivador, tanto del Chofer como de los pasajeros, para que los transeúntes (nosotros) podamos caminar seguros, sin miedo a ser “atropellados” en nuestro caminar hacia el futuro, en la búsqueda de nuestro bienestar ciudadano.

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